La empatía es la capacidad de percibir, compartir y comprender lo que otra persona puede sentir. Poseer esta habilidad favorece que las relaciones sociales sean más saludables, y que dichas relaciones sean constructivas y enriquecedoras. Es una de las características más elementales de la muy mencionada inteligencia emocional.
¿Por qué no todas las personas desarrollamos de igual modo esta aptitud empática? Dejando aparte a las personas que padecen un trastorno de personalidad antisocial, entre ellos los psicópatas, en donde la característica fundamental es la ausencia de esta habilidad e imposibilidad de aprenderla. Entre los demás individuos hay una gran diferencia de empatía, que va desde los que tienen en exceso y eso les supone en ocasiones un gran sufrimiento, hasta los que carecen de ella. Las razones de esta diferencia son diversas: tipo de educación familiar y académica, vivencias vitales, características personales,etc..
Esta habilidad de la empatía engloba algunos procesos cognitivos que cabe destacar como: saber escuchar, comprender los sentimientos de la otra persona, ser solidarios, respetuosos y una cantidad importante de tolerancia.
En casi la totalidad de los trastornos psicológicos, se necesita de esta destreza empática para poder superarlos, porque da una perspectiva distinta del problema propio y aumenta la posibilidad de recuperación al conseguir relativizar la situación . Pero si hablamos de terapia de pareja, es en este caso fundamental dedicar alguna sesión a trabajar la empatía, debido a la importancia de entender como el otro miembro de la pareja siente y vive la realidad conflictiva..
Pero es imprescindible de además de aprender esta habilidad en cualquier tipo de terapia psicologica que se comience, hacerlo ya en el colegio desde muy temprana edad. De esta forma, se evitaría el desarrollo de conflictos relacionales posteriores.